lunes, 28 de diciembre de 2009

La Palabra y el Verbo

Llegan. Ya llegan. Vuelven la Palabra y el Verbo.

Me atropella la inspiración y se crea el mundo de cosas que se llenan de color y se desbordan.

Despierto entonces del devenir de lo creado y creo yo, Dios inmortal que hace y deshace pensando el mundo, inventándolo, dándole el sentido. Mi sentido.

Yo, que dejaba pasear mis pasos distraídos alzo el rostro y me desarmo. Detengo el paso y busco asiento, que me puede la belleza de la vida.

Tengo ante mí un parque y sus árboles. El viento viaja las hojas secas que ruedan silenciosas sobre la hierba o que crujen en la piedra del camino.

Y no hay nada más. Solo éso: lluvia de hojas, soledad y silencio que calla la escoba de un barrendero al raspar el suelo.

“Ras, ras....ras, ras”; Solo él y solo éso: una tragedia hermosa.

Tomo asiento, abatido. Vibra el tiempo quieto, se detienen las hojas al viento, tiembla mi último latido.

Un nudo se enreda en mi garganta y resbalan las lágrimas secas que nunca asomaron.


Si siempre estuvo ahí por qué no lo vi. A dónde me llevaba la prisa. Por qué nunca antes me detuve a contemplarlo. Por qué.


La belleza me abruma, me asola, me envuelve, me arrastra. Sobre nosotros -el barrendero y yo- sobre el parque, el cielo azul y un remolino de nubes.

Cierro los ojos.

Despierto tocado de fiebre, salvaje, vivo. Olvido a dónde iba y ahí empieza todo: llegan, ya llegan, vuelven,

me arrollan espirales confusas, jirones de palabras que me hieren de sentido antes de rizarse deshaciéndose en el viento.

...

De cadenas de eslabones ya escritos están hechos los lenguajes que ahora necesito romper.

La Palabra y el Verbo son ahora míos y a mí se pliegan, se tienden y se ordenan: pero lo bello consiste en que no quieren.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sigues siendo una maquina Josu...