jueves, 1 de mayo de 2008

Yo, mi futuro, y otros animales.


A lo largo de este año (año sabático después de terminar el bachiller) he cambiado de opinión muchas veces, y no ha sido hasta hace más bien poco cuando me decanté por estudiar la carrera de Periodismo. Si bien es lamentable (de vergüenza ajena) el trabajo de muchos de los periodistas que plagan los medios de comunicación –sobre todo en todo lo referente a la política-, y aún corriendo el riesgo de tener que actuar en contra de mi propia ética al informar chorrada tras chorrada, y crear preocupación tras preocupación mientras los problemas de trasfondo que hacen que este mundo gire como gira sigan bajo capas y más capas de ignorancia, he decidido embarcarme en esa aventura, siendo muy consciente de que acabaré la carrera con unos conocimientos muy básicos (sostengo que debería de ser una carrera de segundo ciclo, por la responsabilidad que conlleva informar a la sociedad), -vamos, con un bonito título bajo el brazo-, albergando la esperanza de que me dejen un espacio para hablar de cosas importantes- ….ah, y que eso me de la fama necesaria para dedicarme a escribir mis libros,…..sí, de los sueños también se vive, y no hay como encontrar una fórmula que case altruismo y egoísmo de forma que ambos se retroalimenten en un circulo vicioso para sentirse satisfecho en la vida, es decir, para engañar a tu cabecita y que se produzcan las reacciones químicas necesarias que sacien a tu cerebro en sus ansias megalómanas por descubrir la felicidad, y si me apuras, el sentido de la vida y quizá Dios y todas esas cosas. Yo, sinceramente, creo que encontraré a Dios si me conviene, quizá antes de morir, pues es la anestesia más efectiva contra el miedo (si es que de verdad crees y tu color de luto es el blanco)…mientras tanto, ni creo en él, ni creo que convenga dedicarle tiempo en vida;…sólo espero, si se disparan guerras o se desata el dolor a mi alrededor, en estar lo suficientemente cuerdo para engañar, con la lucidez de la locura, mi realidad particular y, con ello, creer en lo que me apetezca creer, siempre y cuando contribuya a sedarme lo que tiene que sedarme…….Por donde iba…ah, sí, lo de Periodismo. Pues bien, ésta ha sido mi elección, tras un año sabático muy sabático, pero no me quedaré ahí, eso también quería decir, pues pienso complementar la carrera con otra carrera (Filosofía o Psicología) para que me dé algo más de riqueza y que la gente diga: Oh, que tipo más interesante, cuanto sabe…y qué belleza la suya (Bueno, lo último no)…pero, en fin, se me entiende. De primeras ya me han jodido bien con la elección, pues me gustan todas las ramas de las humanidades, y andaba muy perdido con todo esto, y ahora con el plan de Bolonia tiene todo pinta de ser mucho más interesante, con el nuevo impulso que se le van a dar a las humanidades (hacia el borde del acantilado, digo) y la privatización de la educación y todo eso (que mis padres sí pueden pagar) me da la sensación de que va a ser todo mucho más fácil, que en el futuro yo voy a ser un tipo mucho más listo, pues me dirigiré a una turba de monos trabajadores (oye, muy buenos todos ellos en lo suyo, ojo…en su especialidad dentro de la especialidad de la especialidad que eligieron en la carrera)…Solo espero elegir bien, y que no se me suban las cuatro nociones que aprenda a la cabeza (¿donde iban a subir sino?) y me acabe creyendo semi-Dios o profeta hablando a los idiotas, con la potestad acaso de iluminar a los ignorantes. Vamos, que lo de sermonear no va conmigo.

Pues sí, el futuro lo veo muy negro entrado el siglo XXI; es leer una novela futurista anti-utópica y echarme a temblar viendo los indicios o las cuerdas ya tensa que apuntan a la fatídica diana en el día a día actual. Globalización, bipartidismo, la ciencia sin conciencia (mira, rima y todo) (y lo de mira y rima también rima) (aaarg, ¡ya vale!)…vamos, todo esto que se cuenta; los primeros pasos hacia el fin de la libertad (a cambio de seguridad) en el seno de la sociedad del progreso, bajo la atenta mirada incluso de gobiernos que se llaman socialistas. Por cierto, que a mí esto me da pánico, porque a veces incluso me lo creo. Ver ahí, a ese tipo tan simpático, con sus cejas bien pobladas en punta, hablando de que su corazón es socialista y que no ha olvidado sus ideales de izquierdas y a uno se le enternece el corazón oye. Por lo menos el otro, el de las barbas canas (que a todo esto me parece un mérito el suyo muy admirable, el estar en el objetivo de todas las cámaras en plena edad del culto a la imagen y la belleza) habla con sus “ideas claras” y va mas o menos de frente- aunque también el tipo este tiende al Centro- y se ve claramente, pues eso, que tiene sus defectos, o en otras palabras y para que nos entendamos todos, que es de derechas. Pero, ay el otro, ay el otro, la verdad es que me desconcierta porque, o duerme su conciencia a base de mentiras que él mismo se cree o, realmente, es gilipollas de remate y no se entera de nada. (Llegados a éste punto siempre cabe decir que estaré agradecido a un país cuyo gobierno me permita decir esto de su presidente, aunque, lamentablemente, cuando sea un señor periodista me tendré que callar, al no ser que quiera dar la nota para darme a conocer y luego ya retirarme a escribir mis dichosos libros). Pues eso, que hasta ahora las personas que Tenían y vivían bien hacían lo suyo, y votaban a los suyos, y los que no Tenían y Querían lo que los otros tenían hacían lo suyo y votaban a los suyos; aunque siempre había quien no se enteraban bien entre éstos últimos y votaban a los otros, y en realidad todo esto sigue pasando ahora, pero te viene éste señoriíto, se saca de la manga ciertas leyes muy progresistas (todo hay que decirlo; aunque nunca respecto a asuntos económicos, donde casi tengo yo más poder que ellos para decidir) y va de que es progre, y de que tolera, y te dice que votes, que no importa a quien pero que votes, todo ello muy afectuosamente, y casi te dan ganas de abrazarlo de lo bueno que es y de lo mucho que dialoga y llega a consensos, mientras él te barre con la otra mano todo el idealismo de una juventud (que son los únicos que, al aburrirse por no tener preocupaciones, pueden dedicarse a fastidiar un poco), se lleva todos los votos que antes eran luz y reflejo de las diferentes formas de pensar -muy sano todo esto- de las personas que no entraban en el bloque azul, dónde uno (y perdón a quién le moleste) piensa por todos, y donde uno para todos y todos para uno y retiro el perdón de antes porque en realidad me da igual, sólo era para embellecer el texto… Vamos, que entre amigos y conocidos de mi edad, que sólo cuatro años antes, al margen de no poder votar, habrían dicho rotundamente NO a los poderosos, ahora se creen, es más, están absolutamente convencidos, de que hacen lo mismo que hacían los que corrían con los polis cargando detrás, solo que desde el sofá de su casa, todo mucho más cómodo; qué fácil es ser progresista cuando nos quitan filosofía de bachiller, nos bajan los impuestos, nos meten a Bolonia y a su p.m. y hablan de inmigrantes como de cifras bailoteando en la pantalla de una calculadora. Claro que hay que estar atento, que de vez en cuando se le cae la máscara y te suelta cosas cómo: “dígame usted, señor Barbas, cuántos inmigrantes se os COLARON durante vuestra legislatura, dígame usted”, y entonces dices: ajá!, me estabas engañando, lo estabas consiguiendo, muy astuto taimado cocodrilo, pero te pillé. ¡Sí!...Claro que luego se te vuelve a ablandar el corazón, porque alguno de entre las veinte o doscientas personas que le escriben los discursos se da cuenta de que hablar de seres humanos que se cuelan como perros en tu propiedad no queda muy bien en boca del señor de las cejas, que eso sólo lo dice el barbas, así que al día siguiente, suelta un discurso muy tierno de cómo ellos también son personas y cómo el barbas trata de reducirlos a números; y el barbas por otro lado dirá lo mismo del otro, claro está.

Yo…sólo trataba de hablar un poco de mi futuro. Disculpen las faltas de ortografía y demás. Como después de ésto me siento más en paz conmigo mismo, y eso me gusta, puede que empiece a escribir regularmente este tipo de cosas; para llamar la atención un poco, y que la gente me critique, o incluso odie, pero que hable, coño.

No hay comentarios: